lunes, 2 de junio de 2014

#A1000Manos, una buena forma de ser feliz

Y tras el 3 viene el 4, aunque sea en el día 3... y con este pequeño lío comienza este post que hoy no pretende continuar la serie en la que os contamos las cosillas que nos han hecho estar muy liados en los últimos tiempos, no. Este post SÍ es verdaderamente importante, este habla de cosas realmente serias, porque no hay nada que deba ser tenido más en serio que la felicidad, la de una persona en particular, la de muchas personas en general, la elección es tuya o ¿no?

Si tu pretensión es hacer feliz a alguien tienes al menos dos opciones, como en esas disyuntivas tan típicas, la fácil y la difícil.

Si eres un artista de la interpretación, alguien con una capacidad de sacrificio que bordea el nivel superhéroe o una persona que tiene la increíble y, dudosamente útil, habilidad de ocultar sus sentimientos, podrás optar por la DIFÍCIL. A ti te van los retos (absurdos). A ti te pone hacer feliz a alguien sin a la vez serlo tú. Ok. No te puedo declarar mi admiración, pero oye cada uno se mata como quiere ;-), porque a mi parecer es lo que estarás haciendo. Crear la felicidad ajena sin importarte la tuya misma, de la manera que elijas (y se me ocurren muchas), es algo que no te puede traer nada nada bueno, por muchas consecuencias positivas que creas que ello pueda deparar.

Personalmente, repito, personalmente, prefiero la opción FÁCIL, busco la felicidad mía y de mi entorno, en cada decisión que tomo y, en particular y especialmente, cuando decido aquello a lo que dedico más tiempo de mi vida despierto: el trabajo. Yo no trabajo por obligación, yo me obligo a trabajar por felicidad. Me gusta trabajar, no tengo especial problema en ello, claro que muchas veces acabo una reunión con un cliente y me dice, "Así sí da gusto trabajar..." o "bueno, trabajar de esta forma es un poco más fácil" o "es que yo trabajar le llamo a otra cosa...", en fin, cada uno decide cómo hacer lo que tiene que hacer, yo decido trabajar, siempre que es posible, en un ambiente relajado donde el día sin una sonrisa, sin música o sin algo sobre lo que bromear sea una excepción. Y sí, se puede. No me considero menos profesional por ello, no creo que esté dirigiendo al grupo que lidero hacia un agujero negro que consuma su productividad, más bien lo contrario, sino estoy aumentando su y mi calidad de vida.

La vida es disfrutar cada momento, haciendo lo que debas hacer, no desde una perspectiva simplemente hedonista, y para ello necesitas estar en contacto con aquellos que te lo van a poner fácil. En mi caso, dedicándome al desarrollo de software, marketing digital y la consultoría, hablar con personas, intercambiar puntos de vista, debatir, aportar soluciones, recibir sugerencias, comentarios y opiniones, etc. es mucho más difícil si el otro ser humano con el que lo vas a hacer, ese que te contrata o que es responsable del sueño e ilusiones de otros,  supone un handicap para tu felicidad y no un medio. Antes de empezar un proyecto con una persona o entidad nueva,  identificar tu/s persona/s de contacto es una labor fundamental, los stakeholders que llaman algunos, son los que tendrán la llave para tu felicidad durante todo el proceso en el que le prestes servicio. Si no hay feeling, mal vamos, no porque no puedas hacerlo, en ocasiones lo hemos hecho y no con menor dedicación o profesionalidad que en las que sí hay esa conexión, sino porque no tendrás la libertad para desarrollar tu trabajo con total confianza. Y en la creatividad, sea lo que sea lo que hagamos siempre necesitamos de ella, la confianza es una de las materias mágicas que se introducen en la marmita para lograr soluciones atractivas y diferentes. Nos gusta proponer sin temer. Nos gusta imaginar sin hipotecar. Nos gusta sentirnos parte activa de la solución, no ajena y juzgada.

Por ello, siempre que es posible, opto por la vía fácil, para mi, para mis compañeros y para mis empresas. Empresas felices que hacen felices a aquellos para los que trabajamos. Si no fuera así, ¿qué sentido tendría nuestra actividad? Sinceramente me costaría vivir (y hasta dormir), admiro a Luis von Ahn, sabiendo que tengo demasiada gente odiando una de mis creaciones. Claro que él es un genio y aquí va cómo solucionó esta cuestión...

Él, como creador de los captcha, es una figura que, sin ser pública, genera cantidad de pensamientos negativos cada día, aunque con un atenuante, pocos saben para que es un captcha, para qué sirven y los beneficios que nos reportan directos e indirectos:

  • Directos, disminuyendo la cantidad de SPAM recibida por los responsables de páginas webs, dificultando los ataques informáticos y aumentando el nivel de seguridad de entrada de servicios online, etc.
  • Indirectos, con la traducción de libros antiguos que no admiten su tratamiento por OCR (reCaptcha). 
En cifras, se estima que se rellenan 200 millones de formularios al día que utilizan Captchas, que hacen infeliz al que lo rellena e infeliz al que lo creó sabiendo que pocos piensan algo bueno cuando lo hacen, sin embargo, por este mismo método se traducen al día 100 millones de palabras cada día, lo cual genera tener digitalizados 2 millones de libros cada año y este beneficio solo puede ir a más... lo dicho, un genio.


Y con esta pequeña genialidad y recordando la importancia de la felicidad, acabamos esta entrada, sin más que desearos la fuerza y voluntad necesaria para tomar las decisiones adecuadas para ser felices y para compartir esa felicidad para con los que os rodean, aunque eso implique hacer las cosas de una forma distinta.

Nos leemos pronto, un abrazo (es otra forma de dar y recibir felicidad).

Y el vídeo musical correspondiente, que ya está bien... ;-)


Ya está Bien ei Ixo Rai
Celtas Cortos

Hoy tendré, si Dios quiere, la buena suerte de ser feliz escuchando por primera vez a estos tíos geniales en directo. 

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Ideal es trabajar así Manuel! Sigue así porque a tus proyectos, compañeros y clientes les regalas Felicidad. Eres "Amarillo" y "Azul" como tus zapatillas,un abrazo :)

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