lunes, 6 de enero de 2014

Hola, me llamo Manuel y soy tecnoplégico...

Buenas noches, la entrada de hoy se moverá entorno a una palabra creada por una amiga a la que prometí un post al leérsela por primera vez. Ella se declara habitualmente tecnoplégica, queriendo con ello resumir su parálisis e incapacidad tecnológica... Es una mujer inteligente, con formación superior, que lleva trabajando en un puesto directivo hace muchos años y aún está lejos de jubilarse pero, sin embargo, a pesar de que cada día suele desempeñar su actividad profesional sin demasiados problemas, se considera tecnoplégica.

¿Quién siente  absolutamente lejana la sensación de torpeza al coger por primera vez un aparato electrónico? Yo no y cada vez menos... y no creo que tenga mucho que ver con la amplitud funcional que tienen actualmente los dispositivos (teléfonos, tablets, ordenadores, televisores, etc.).  Ese sentimiento lo asocio más a la extraña lucha que existe entre, por una parte la búsqueda interior de energía y motivación,que nos hace falta para salir del área de confort  y  enfrentarnos a un nuevo objeto que sabemos tiene fecha de caducidad temprana y, por otra parte, la capacidad de los ingenieros de producto de generar objetos con interfaces que simplifiquen la curva de aprendizaje y tenga en su ADN la simplicidad suficiente para, sin restar funcionalidad, ser manejables por un público diverso.

Hoy es uno de esos días en los que la tecnología fluye y se hace presente a cualquier usuario, empezando por los juguetes (donde uno fácilmente compara con los que tuvo en su infancia), hasta la electrónica doméstica, pasando por los dispositivos móviles, estoy convencido que en cada casa se habrá generado una espiral de preguntas entre los presentes sobre cómo se hace esto que en el anterior yo hacía y era tan fácil... o cómo puedo hacer para mantener mi anterior forma de...  Lo importante no es qué, cómo o quién nos resuelve esa duda, habrá podido ser tu hermana o tu cuñado, o ese sobrino inquieto y aún con paciencia para tener ganas de explicar lo que AÚN para él es sencillo... y no creo que sea una cuestión de "los nativos digitales", en mi caso, mi primer ordenador (ZX Spectrum +) lo tuve con nueve años y ya entonces empecé a darle a las teclas intentando programar en Basic... por ello, no me siento tan alejado de esa supuesta generación. Lo importante es mantener el interés y hambre por conocer aparatos, por exprimir sus características, mientras lo mantuve no se dieron del todo mal "las maquinitas", ahora, me lo planteo como un reto para este 2014. Dedicarme a estudiar en mayor profundidad las herramientas que más utilizo (sean dispositivos o software), para evitar perder tiempo y cometer errores...

Por ello, escribo este post, para reconocerme como, AHORA, tecnoplégico y luchar contra lo que actualmente me incomoda... veremos el tiempo que tardo en recuperarme y volver a ser capaz de dar consejos de uso a gente más joven que yo... con los otros, los de mi generación y anteriores, aún me defiendo...

Que disfrutéis vuestras nuevas adquisiciones.

Un abrazo y feliz crecimiento!!!


Rocco Sigfredi
Ivan Ferreiro

4 comentarios:

  1. Manolo: me he quedado "flipado" al leer tu post. Lo primero que pensé al ver el título fue que era una broma o un ejercicio de modestia supina. Lo siguiente que pensé al ir leyéndolo fue "si este hombre, que es un máquina, es tecnoplejico, los tecnópatas de a pie, ¿que somos?". Efectivamente, cada vez es mayor el avance tecnológico, y, no sólo van apareciendo nuevos y complicados elementos en el mercado, sino que, la tendencia a acomodarnos y a no salir de "lo conocido" nos hace estancarnos y habitualmente utilizamos un porcentaje muy reducido de las prestaciones y utilidades que tienen los "artefactos" que llegan a nuestras manos, ya sean smartphones, tablets, etc. Y "para más inri" cuando empezamos a familiarizarnos con nuestro dispositivo, sale al mercado una nueva "versión" que debemos estudiar, antes de habernos examinado de la primera. Pero, no debes tener miedo, amigo Manuel. Al igual que ningún abogado se sabe de memoria todas las leyes y gana pleitos sabiendo qué buscar y donde buscarlo, en el ámbito informático ocurre lo mismo. Jamás te aplicaría el término que humildemente te autoadjudicas; tecnopléjico sería aquel incapaz de defenderse tecnológicamente y ese no es tu caso. Tienes un potencial estupendo, cuando hablamos de todo lo relacionado con la informatica y los avances tecnológicos; al igual que el buen abogado, sabrás en cada momento, rebuscar en tu arsenal de recursos y consultar en las bases de datos adecuadas para salir airoso ante cualquier innovación que vaya apareciendo en este mundo tan complejo llamado TECNOLOGÍA. Ánimo y feliz año !!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por pasar por esta casa, eres un hipercapaxitado de lujo que espero se haga adicto a este blog. Sobre tu comentario, no es miedo lo que tengo, aunque el miedo no es un mal sentimiento porque hace que actives tus sentidos y respondas con rapidez a lo que te alerta, peor es el terror que te paraliza.

    Este post no es más que un ejercicio de reflexión. Hace más de diez años en una empresa en la que trabajaba, al comienzo de estar con ellos, me preguntaron sobre en qué me consideraba experto y la respuesta no fue otro que en NADA, que podía controlar más de algunas cosas, haberme equivocado mucho en algunos ramos y tener muchas horas de vuelo en otras, pero que experto... ufff, como dice la canción que acabo de añadir al post, "Rocco Sigfredi es siempre es otro..." ;-).

    Este año, hoy, seguiré luchando por aprender más de todo lo que me gusta aunque hace tiempo que decidí no convertirme en experto de una sola cosa sino disfrutar descubriendo todas las que me hacen sentir pasión... y, partiendo de ahí, que sean otros los que piensen si tengo o no algo que aportarles.

    Un abrazo.


    ResponderEliminar
  3. Manolo, eres muy modesto. Me ha encantado tu artículo y me siento totalmente tecnoplégica. Después de haberlo leído, junto con la amiga a la que citas, he llegado a la conclusión de que esto no puede seguir así. Me he propuesto aprender cosas nuevas aunque no tengo muy claro que llegue a lograrlo. Besos y feliz año. Yolanda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre hay que aprender cosas nuevas, de hecho todo el mundo aprendemos cosas nuevas cada día, pero lo importante es hacerlo de forma consciente y hasta planificada según nuestros objetivos vitales... es una buena forma de tener más probabilidad de que se cumplan y, sobretodo, de ser feliz durante el proceso.
      Un abrazo grande a las dos, espero que os haya gustado, nos vemos pronto (o eso espero).

      Eliminar